La energía que pierden los edificios no se ve, pero debemos darnos cuenta del despilfarro energético que se está produciendo en los edificios con fachadas mal aisladas.
Se cree que los edificios son los responsables de más del 40% de la energía consumida en nuestro país, de la cual el 50% se pierde a través de los cerramientos opacos de las fachadas.
Un edificio bien aislado garantiza el confort, manteniendo estable la temperatura interior independientemente de las condiciones exteriores. A fin de mantener este confort interior, la envolvente del edificio debe ser capaz de regular el flujo de calor en las diferentes estaciones del año: en invierno, limitar las pérdidas de calor del sistema de calefacción con el exterior, y en verano, al contrario, impedir las ganancias energéticas del exterior, limitando así el gasto de refrigeración.
Por este motivo, es muy importante aumentar la eficiencia energética en edificios tanto residenciales como de servicios.
Con este objetivo, se aprobó en España el CTE (Código Técnico de la Edificación) dando cumplimiento a la directiva de la Unión Europea relativa a la eficiencia energética de los edificios. Y se aprobó también el procedimiento básico para la certificación de eficiencia energética de los edificios, que atribuye una clasificación de acuerdo con el consumo energético alcanzado. Y que como ya sabemos, desde el pasado 1 de junio es obligatorio obtenerlo para todos los inmuebles en venta o alquiler.
Tanto en obra nueva como en rehabilitación de fachadas en Sevilla, los sistemas que aíslan los edificios por la parte exterior se han mostrado como los métodos más eficaces desde el punto de vista térmico.
Al aislar térmicamente un edificio, le proporcionamos las siguientes ventajas:
Al ser aislamiento continuo en toda la fachada, se reducen los puentes térmicos, por lo que se minimizan las pérdidas energéticas. Los puentes térmicos se presentan en los sistemas de aislamiento tradicionales (pilares, cantos de forjado, recerco de huecos…), y en invierno, el flujo de calor interior se escapa por estos puntos provocando un enfriamiento de las paredes interiores y el riesgo de condensación de la humedad relativa al interior de la vivienda.
Además, con este sistema, se reduce también la aparición de estas humedades en el interior de los edificios gracias al aislamiento producido que evita la aparición de puntos fríos en las paredes de la vivienda.